¡ADIOS CHRIST CHURCH!
Regresamos a Singapur en Junio 2007 para acompañar nuestro hijo, Elijah, mientras él hizo su servicio militar por 2 años. Durante este tiempo la diocesis de Singapur pidió que yo pastoreara una parroquia se llama CHRIST CHURCH. Lo hize con la gracia del Señor pero despues de 2 años llegó el momento para regresar a Bolivia. Entonces deje mis responsabilidades en la iglesia donde trabajaba y alistamos nuestras maletas para el viaje a Bolivia. Pero dejar una iglesia donde uno pastorea no es nada facil.
Los Pastores experimentan sentimientos mixtos a medida que ellos se van de la Parroquia donde ellos han servido. El alivio de haber dejado las responsabilidades del liderazgo esta entrelazado con la pena de dejar amistades forjadas en las trincheras del ministerio.
Mi experiencia en CHRIST CHURCH fue dura pero también gratificante. Las personas fueron desafiadas a evangelizar a los no alcanzados, un equipo pastoral fue nombrado; una nueva congregación dio sus inicios pasos; la obra de los jóvenes comenzó de nuevo. Había cosas que no podía hacer. Cristo utiliza otros para llegar a ésos quien nosotros nunca podríamos ministrar. Hay que decir también que la única forma de reunir todas las necesidades de la iglesia es tener un equipo bien capacitado para ministrar a los demás.
CHRIST CHURCH es una Parroquia tradicional con muchos niveles de liderazgo. Los Vicarios tendrán que buscar al Señor para la sabiduría Salomónica para unir los varios pedazos del liderazgo. Alineando el concilio de la Iglesia, el equipo pastoral, la gente de trayectoria y los grupos ministeriales de liderazgo requieren visión y trabajo dedicado.
Deseo que pueda haber hecho más para la parroquia pero el tiempo para adelantarme y irme a Bolivia no me dio el tiempo para quedarme más en CHRIST CHURCH. La Iglesia Boliviana, ante grandes desafíos, también hizo una solicitud para mí regresar a Bolivia.
Las amistades fueron hechas y la partida a CHRIST CHURCH fue nunca fácil pero sé que mi salida va a beneficiarles en el largo plazo. De nuevo aprendí que el Señor ama su iglesia, su novia, cómo ninguno otro. Somos sus siervos que él usa para su gloria.
Continúo orar para ellos y desear verles crecen y cumplen su llamando a Cristo.
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